Aunque la FAST FASHION, moda elaborada con productos de baja calidad, confeccionados en lugares desconocidos donde las condiciones de los trabajadores no sabemos cuales son, pero con diseños de las últimas tendencias, aún está muy presente en nuestro día a día.
Y cada vez va tomando más fuerza la idea de un consumo más responsable de la moda, donde se prioriza la calidad, la originalidad y el buen hacer a la producción de artículos en masa que pasarán de mona en 2 o 3 meses.
Está tendencia a una moda más pausada, SLOW FASHION, da valor a cada prenda y promueve la transparencia en los procesos de producción, donde el comprador es conocedor de donde quien y en que condiciones se elabora dicha prenda.
Si bien es cierto que una prenda cosida y distribuida por cualquier cadena productora de FAST FASHION, es siempre más barata que cualquier prenda de SLOW FASHION, está premisa no se da siempre, ya que el aumento de tiendas vintage y de segunda mano hace que podamos ENCONTRAR “prendas joya” a un precio LOW COST.
Este concepto de SLOW FASHION, lleva de la mano la idea de un consumo responsable de las prendas, donde se trata de reducir el impacto de la moda en el medio ambiente, siendo conscientes del agotamiento de los recursos y del impacto que la industria de la moda tiene en nuestra sociedad.
Por ello el consumo de ropa de segunda mano forma parte de esta tendencia hacia una moda mucho más sostenible y consciente.
Aquí os dejo 4 razones por las que yo me convencí y empecé a consumir ropa vintage o de segunda mano como una buena opción:
Puedes encontrar prendas de alta calidad a un precio asequible.
Adentrase a una tienda vintage es adentrase a un lugar donde poder encontrar verdaderas gangas de firmas que han elaborado sus prendas con materiales nobles y que han sido cosidas con mimo y cuidado, prendas donde diseño y calidad se unen convirtiéndolas en atemporales.
He llegado a encontrar verdaderos tesoros en tiendas de segunda mano que no hubiera encontrado jamás en tiendas de fast fashion, y prendas de grandes diseñadores que hubiera sido muy difícil haberlas podido tener de otra manera.
La última de ellas un bolso de Balenciaga flamante que apareció en el stand de los bolsos de KOOPERA mi tienda de segunda mano favorita.
Además debemos descartar la idea de que en u a tienda de segunda mano solo en o tratemos ropa de temporadas pasadas, a veces encontramos cosas de temporada, nuevas a estrena, con sus etiquetas originales pero muchísimo más baratas.
Dar a tu armario un toque único y diferente utilizando prendas vintage.
Uno de los grandes problemas que personalmente veo en la moda de masas es clonación de armarios, y esto es una visión muy particular mía…. me explicó..
Cuando solo se consume moda rápida tu armario, el de la vecina del 5 y el cualquiera acaban siendo súper parecidos.
Al final todos acabamos vistiendo igual y la ropa que llevamos no representa ni dice nada de nosotros mismos. Nuestra esencia se pierde.
Con el consumo de ropa de segunda mano que se aleja de las últimas tendencias o modas pasajeras conseguimos dar ese punto de personalidad a nuestra forma de vestir.
Y además aprendemos a conocer más lo que nos gusta de verdad sin estar condicionados por la presión de la fast fashion que base su industria en aceros sentir la necesidad de estar a “la última”todo el tiempo y no aceros pensar si lo que compramos nos sienta bien o no, nos gusta o lo necesitamos.
Cuidamos el medio ambiente
La industria de la moda, según la ONU, es una de las más contaminantes del planeta, concretamente, la segunda más contaminante del planeta.
Producir una camiseta, unos vaqueros o un vestido requiera de un uso de los recursos naturales muy elevado.
Solo elaborar unos vaqueros consumen 750- 3000 litros de agua, las prendas de fibras naturales tienen un impacto en el medio ambiente de los pesticidas y de forestación necesaria para generar campos de cultivo.
Las fibras animales son responsables de emisiones de metano que produce la explotación de los animales de los que sé.
Además los residuos, que se utilizan en la producción de una prenda al final van a parar al medio ambiente, perjudicando el habitan de cientos de especies.
Estos desechos textiles y la superproducción son dos de los mayores problemas medioambientales que la industria de la moda provoca.
Cuando compramos de segunda mano y damos una nueva vida a las prendas y estamos contribuyendo a reducir ese gasto y por lo tanto ponemos nuestro granito de arena en el cuidado del planeta.
Colaboramos con nuestra comunidad
Este cuarto y último punto fue el que más me convenció.
Cuando te decide a comprar en las tiendas de segunda mano contribuyes a fomentar el comercio local, pues muchas de estas tiendas pertenecen a pequeños comerciantes.
Por otro lado proyectos como KOOPERA, que ya os he mencionado anteriormente hace una labor social donde todo lo recaudado en las ventas va donado a causas sociales y a ayudar a mejorar su vida a muchas personas.
Además creamos entre todos el círculo vender, reciclar, reutilizar, donde de una manera o de otra hace que todos ganemos.
¿Os animáis a formar parte del cambio?
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